Desaparece de aquí, no te quiero ver, quiero tenerte enterrada mil metros bajo tierra y dejar que el tiempo se encargue de tu cuerpo sin sentidos. No enciendas luces cuando duermo, no quiero ilusiones, no quiero pensar todo, quiero hacer nada. Borra toda huella que hayas dejado en tu camino para no seguirte por inercia. Beberé aquel brebaje que me permita borrar olores, sobre todo el tuyo; se ha impregnado en mi desde el momento en que me acercé con cariño.
Pensé demasiadas cosas y para variar me equivoqué, aún no logro encontrar en mi boca las palabras que quieres oir de mi. Y no lo haré, dejaré que quede en tu mente por siempre; aún conservo aquel papel y me cuesta creer lo que leo. Miles de patrañas y palabras envueltas en supuestas verdades; que cruel es el papel, que bizarra es la escritura, más tus dedos que me hablan con maldiciones y temores.
Piérdete de mi vista, seré siempre el buen amigo que tuviste, pero no en este mundo, no más. Me cansé, estoy harto de hacer bien las cosas, ¿para qué? Para obtener siempre lo mismo, quedarme en el vacío y con las manos llenas de inquietudes.
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